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«Los muros son altos, los vecinos están lejos y el terreno, de todos modos, es demasiado grande como para que alguien se pueda percatar de que me monto una piscinita aquí en el jardín.»

Parece que esta fue una filosofía muy extendida entre los españoles hasta hace bastante poco, pero estos tiempos se han terminado definitivamente.

Gracias al uso de drones o, incluso más fácil, imágenes de satélite como Google Earth, los ayuntamientos ni siquiera necesitan nuestro permiso para ver qué hay de nuevo en nuestra parcela.

Ya hace unos cuantos años que salió a la luz que Hacienda había empezado a confiar en drones para la detección de obras ilegales, encontrando más de mil millones de euros en impuestos escondidos en las casas de los contribuyentes. No hace falta decir que las manchas azules que son las piscinas son de las cosas que más fácilmente se detectan en una imagen desde el aire. A principios del 2018 se encontraron más de 6.000 piscinas ilegales tan solo en Galicia, según informó Antena3.

Las multas por infracciones urbanísticas pueden ser muy altas y, nos guste o no, nos conviene más hacer las cosas bien desde un principio. Los impuestos sobre bienes inmuebles son una cosa, pero incluso antes de empezar la obra, un propietario ya tiene que invertir mucho dinero en la legalización de la piscina.

El coste del permiso de obra – tasas, impuestos y proyecto

Antes de ir a presentar nuestra idea al ayuntamiento necesitamos hablar con un arquitecto. Para la obtención de la licencia de obra se necesita el proyecto, compuesto por planos, descripciones de la finca, más planos, listados y presupuestos de materiales, más planos, etc. Dejar esto en manos de un arquitecto nos puede salir por entre 1.000 y 1.500€ por proyecto, un coste muy justificado si se tiene en cuenta lo que comporta la redacción de este documento.

Una vez obtenido el proyecto, podemos ir a nuestro ayuntamiento para pedir la licencia de obra. Se trata de un mero proceso burocrático en el que solamente tenemos que entregar el papeleo y pagar una tasa administrativa (aproximadamente un 1,3% del coste de la obra, dependiendo del municipio). Los departamentos administrativos y los técnicos de urbanismo comprueban que la piscina se pueda construir tal como está descrito en el proyecto y, después de pagar el correspondiente impuesto (sobre un 3,6% del coste dependiendo del municipio) y las fianzas obtenemos nuestra licencia de obra.

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